En el mundo Taurino a lo largo de su historia existen muchas historias de Toreros con Alternativa que dejaron el ORO por la PLATA, y eso jamás los achica para enfrentar al bicho de finos puñales, cuantos sueños truncados por falta de oportunidades o voluntades se han acumulado con el paso del tiempo, existen en la época actual dos Historias que se deben de reconocer por qué el mal de muleta jamás los hace echarse para atrás, permítame estimado lector mencionar al Zacatecano Jorge Delijorge quien tomó la alternativa el 23 de septiembre de 2007, en la Monumental de Zacatecas, un hombre al cual se le debe de reconocer su tenacidad, tanto como hombre de a pie como torero titulado, y quien pisará plazas en Perú, Colombia y Venezuela, algo que se lee rápido pero que cuesta mucho lograrlo, y quien en su nueva faceta fuera reconocido el pasado diciembre de 2024, por poner dos excelentes pares de banderillas a un toro de Boquilla del Carmen, que le valieran el reconocimiento de la gente, es un ejemplo de que cuando se quiere se puede.

La otra Historia que hoy traigo a su mente es la de Paulo Campero un chamaco con ansias de brillar y con una estrella grande, recibió la alternativa el 22 de Julio de 2017, en Tula, Tamaulipas y a quien la vida le cerró también la oportunidad de lograr lugares en el escalafón taurino mexicano como matador de toros, decidió apagar la luz brillante del metal preciado por la plata, pero esto tampoco quiere decir que se apagaran sus sueños, traigo a la remembranza una frase de Agustín Lara que El Bardo de la Taurina utilizará en una de sus columnas, “Todo lo que tiene clase, no puede Morir”. Campero siempre tuvo clase como matador de toros, y unas ganas que lo hacían recorrer grandes distancias por una oportunidad, hoy también pone en alto el lugar de los subalternos, hombres que sin ellos sería imposible llevar acabo la fiesta de los toros.

Afirmó que los caminos del todo poderoso son perfectos y a cada quien pone en el lugar correcto.

Gracias a todos los toreros de Plata por sus ganas y valor, hombres muchas veces mal comprendidos por la Afición, pero Valorados por los anales de la historia, por que sin ellos no somos nada. (“quia sine illis nihil”).

Juan Carlos Salazar A.