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En medio de un gran ambiente y mucha expectación se dio la VII edición y II de la temática Corrida de la Insurgencia, a beneficio del DIF estatal, en el legendario coso “San Marcos” de la ciudad de Aguascalientes, mismo que registró un lleno bajo un cielo nublado y clima bochornoso, resultando como triunfadores Héctor Gutiérrez al cortar un rabo y, Luis David Adame, quien obtuvo dos apéndices para, al final, ambos ser izados en hombros. El otro alternante, Leo Valadez, no tuvo suerte y se fue de vacío, integrando los tres un cartel inédito.
El festejo comenzó, ante la presencia de la gobernadora del estado, Teresa Jiménez Esquivel, exponiéndose un ruedo y una adornada plaza, llena de elegancia, gracias a la intervención del artista plástico Anuar Atala y con el desfile de calesas bajo los fragmentos de las suites de la ópera “Carmen”, de Georges Bizet (Prelude y Aragonaise), seguido del despeje del ruedo por los alguaciles con Fanfarrias de Allende por Román Revueltas Retes.
Luego, vino el paseíllo, enmarcado por fragmentos de las suites de la ópera “Carmen”, de Georges Bizet (Les toreadors), terminando con la solemne interpretación, por parte de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, del Himno Nacional Mexicano, obra de don Francisco González Bocanegra y don Jaime Nuno.
Así pues, por toriles salieron seis toros anunciados de la dehesa poblana de Reyes Huerta, aunque algunos de ellos lucieron el hierro de su dehesa hermana de José María Arturo Huerta, siendo devuelto el cuarto por haberse acalambrado, aunque nunca se corrió como debiera al burel para probarlo. El primero fue bueno. Segundo, tercero y quinto tuvieron complicaciones y, el sexto, fue bravo y noble, para merecer la vuelta al ruedo. Además, se lidió la primera reserva, en lugar del cuarto, de la divisa zacatecana de Boquilla del Carmen, que dio buen juego.
En el toro que abrió plaza, enrazado y dejándose, Luis David Adame lanceó con clase a la verónica y mejor quitó por ajustadas y estéticas chicuelinas. Cubrió el segundo tercio entre aplausos teniendo como acompañamiento el fragmento de “La Primavera” de Antonio Vivaldi. Vino luego, con la muleta, alegorizando su faena con el primer movimiento de la Quinta Sinfonía de Ludwig van Beethoven y, así, Luis David inició armoniosamente doblándose y, entonces, plantarse torero y dominador para, por ambos lados, exhibir aguante, aseo y buen trazo, gustándose y gustando. Sin duda, una conjunción sinfónica entre toro, torero y el ambiente clásico musical, llegando al éxtasis taurino al exponer su arte en dos poncinas. Por desgracia, no acertó al matar para hacerse aplaudir.
A su primer astado, complicado, Leo Valadez veroniqueó oficioso y valiente. Con la sarga, amenizado por el tenor mexiqueño Kassem Liévanos, interpretando “Granada”, del maestro Agustín Lara, Leo se dio, motivado, a ejecutar un trasteo de poder a base de doblones enérgicos para continuar con pases más que meritorios por las dos manos, a pesar de las descompuestas embestidas y que no ayudaron a la exposición y buena intención torera de Valadez. No acertó al matar y se le aplaudió el esfuerzo tras un aviso.
Héctor Gutiérrez a su primero, complicado, únicamente lo bregó. Con la franela, realizó una faena bajo los fragmentos del ballet “El Cid”, de Jules Massenet (Aragonaise y Navarraise), a base de doblones, aguante, pases de calidad y dándole su tiempo y espacio por ambos perfiles a su antagonista. Aliñó y no atinó al matar para ser aplaudido.
Vino entonces el intermedio, en el que la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, dirigida por el maestro Román Revueltas Retes, interpretó el afamado “Huapango” de José Pablo Moncayo.
A su segundo, Adame vio cómo se acalambró, cómo fue devuelto por el juez a los corrales y, en su lugar, salir la primera reserva, de la divisa de Boquilla del Carmen, llamado “Mexicano”, de buen juego, al que bregó de forma atingente y quitó vistosamente por navarras. Buena vara del piquero Guillermo Cobos. Luis se hizo cargo del tercio de palos invitando a Valadez para hacerse ovacionar con fuerza bajo las notas de “La Primavera” de Antonio Vivaldi, incluido desplante de ambos rodilla en tierra en la cara del toro. Con la pañosa, siendo acompañado por la interpretación del tenor Kassem Liévanos de las arias E lucevan le Estelle de la ópera “Tosca” de Giacomo Puccini y Di Quella Pira de la Ópera “Il Trovatore” de Giuseppe Verdi, Luis David se imbulló del arte en escena para cuajar una sentida faena, plena de inspiración y buen toreo, templado, rítmico y cadencioso, de gran dimensión, por los dos pitones, sin distinción de alguno, pues, el trasteo fue bien llevado y de un alto nivel de clase. Joselillinas para abrochar lo realizado en la arena sanmarqueña y finiquitar de estocada honda efectiva entre gritos de ¡torero! para obtener las orejas.
Leo a su segundo, complicado y algo débil, lo capoteó esmerado. Su labor muleteril fue amenizada por Canto Gitano y Fandango Asturiano del Capriccio Espagnol de Nikolai Rimsky Korsakov, por lo que Valadez inicio doblándose para buscar someter, esperar y así lograr momentos de mucha valía, principalmente, por el pitón derecho, de atemperada clase. Por naturales lo hizo con voluntad y torería, terminando con lances de ornato y manoletinas, terminando de pinchazo y estocada baja para escuchar aplausos en el tercio.
Y en el que cerró el festejo, “Nueva Historia”, bravo y noble, Gutiérrez se recreó en lances a la verónica y en un valeroso quite por gaoneras. Con la tela escarlata, bajo la magia musical de Turandot, “Nessun Dorma”, de Giacomo Puccini, en la voz del tenor Kassem Liévanos, Héctor estructuró una poderosa faena, con doblones recios y series machas de derechazos y naturales plenos de tersura, largueza y clase. Teniendo, ahora, como fondo la reconocida pieza musical “Pelea de Gallos” del chileno Juan S. Garrido. Así siguió la obra plasmada por Héctor, alternando los lados con toreo exquisito y fresco. Hizo el toreo en redondo, logró más pases con la izquierda, llenos de arte y, acabó de soberbia estocada, que hizo rodar al toro sin puntilla y entre gritos de ¡torero! para hacerse de las orejas y el rabo, recorriendo el anillo acompañado de los ganaderos, padre, hijo y nieto y, a los restos del toro, se le dio la vuelta al ruedo.
Al final, Luis David Adame y Héctor Gutiérrez, fueron paseados en hombros en medio del contento general.
Se cerró la función con la interpretación de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven en el bicentenario de tan magistral obra, al tiempo que se vivieron espectaculares fuegos artificiales.
FICHA
LUGAR: Aguascalientes, Aguascalientes.
EVENTO: VII edición y II de la temática Corrida de la Insurgencia a beneficio del DIF estatal.
PLAZA: “San Marcos”.
ENTRADA: Lleno bajo un cielo nublado y clima bochornoso.
GANADO: Por toriles salieron seis toros anunciados como Reyes Huerta, aunque algunos de ellos lucieron el hierro de su dehesa hermana de José María Arturo Huerta, siendo devuelto el cuarto por haberse acalambrado, aunque nunca se corrió como debiera al burel para probarlo. El primero fue bueno. Segundo, tercero y quinto tuvieron complicaciones y, el sexto, fue bravo y noble, para merecer la vuelta al ruedo. Además, se lidió la primera reserva, en lugar del cuarto, de Boquilla del Carmen, que dio buen juego.
CARTEL: (Inédito). Luis David Adame: Palmas y dos orejas. Leo Valadez: Palmas tras un aviso y al tercio. Héctor Gutiérrez: Palmas y dos orejas y rabo. Al final, Luis David y Héctor fueron izados en hombros.
Detalles de la VII (II) Corrida de la Insurgencia, donde fueron triunfadores Héctor Gutiérrez y Luis David Adame / Fotos Francisco Vargas