Pepe Murillo herido en la Corrida Charro Taurina que se suspendio en el 4º Toro

Alfredo Flórez - 17/09/24

La primera corrida anunciada en esta Temporada como Charro Taurina, ha sido diferente y variada en cuanto a resultados, ya que, intervino el clima, que a la postre, por ello, se tuvo que suspender, dado que las condiciones climatológicas, no daban oportunidad de lucimiento, tras el fuerte aguacero que dejo el ruedo en malas condiciones y así, era imposible dar continuidad a lo anunciado.

Abrió plaza el rejoneador yucateco Cuauhtémoc Ayala, tras el paseíllo y la exhibición de un grupo de charras, haciendo las suertes a caballo, que gustaron a quienes hicieron, por cierto, una entrada muy pobre en los tendidos de sol y sombra. Igualmente, un charro a pie, se lucio floreando la reata, realizando suertes que se le aplaudieron fuerte.

Ya iniciada la corrida formal, el rejoneador yucateco, se lució con sus jacas bien amaestradas y se le vio dominando las suertes, mostrando que además de ser buen jinete, tiene el don de llegarle al público, al realizar las suertes a la mínima distancia del toro, que en este caso fue un toro de la ganadería de San Marcos, como todos los anunciados para esta tarde, el que acudía con alegría y prontitud, lo que aprovecho Cuauhtémoc Ayala, para cosechar palmas. Colocó un rejón de castigo, banderillas largas en buen sitio y giros frente al toro, luciéndose y dejar que se lucieran sus caballos, un par a dos manos y solo fallo con la espada y se le fue por lo menos una oreja, quedando todo en salida al tercio. Al Toro el juez mando darle arrastre lento.

A pie abrió con el segundo Toro de San Marcos, el joven matador capitalino Luis Ignacio Escobedo, quien confirmó su alternativa de manos del matador tapatío, Pepe Murillo y testigo el capitalino Juan Luis Silis, el Toro para las estadísticas se llamó “Petirrojo” No. 156 con 478 kg., con el que no se acomodó al torearle de capa y al entrar y salir del picador tres veces, se le aflojo uno de los pitones, que extrañamente el juez Enrique Braun no atendió las protestas del público y dejo que se siguiera lidiando con la muleta, donde Luis Ignacio solo le pudo sacar pocos pases con quietud, dado que el burel, se le revolvía pronto y no le dio oportunidad de lucirse como tal vez quisiera el matador en esta fecha tan importante en su carrera. Estocada casi entera desprendida y leves palmas para el matador y al juez recuerdos familiares.

El tercer Toro de la tarde fue para el joven matador tapatío Pepe Murillo, quien desde que se abrió de capa, vino a demostrar a este ruedo, que venía a por todas y así fue de principio a fin, luciéndose a la verónica, quito por gaoneras valientes y de muleta le ha sacado pases muy meritorios al toro de San Marcos que acudía con prontitud. Pepe en verdad se la jugó en pases de mucho aguante, manoletinas y voltereta, al grado que se llevó dos cornadas una, al entrar a matar siendo revolcado y llevado a la enfermería de donde salió para, nuevamente tirarse a matar y salir de nuevo colgado de los pitones del de San Marcos y ahora sí, ingresar de nuevo a la enfermería de la plaza, donde le atendieron de las dos cornadas que tuvo el valiente matador jalisciense. Hubo petición de oreja no concedida por el juez, cuando doblo el toro y se iniciaba la lluvia que ya estaba anunciándose con fuertes estruendos en el cielo. El parte médico lo tendremos en cuanto nos lo envíen de la empresa.

Y salió el cuarto Toro para el matador capitalino Juan Luis Silis, quien tuvo que torear, en condiciones verdaderamente imposibles, entre el aguacero y solo por las ganas y tratar de agradar al ya poco público que se aguanto el chapuzón, pero la verdad es que, era imposible hacerle faena a este Toro y Juan Luis le sacao algunos pases de calidad, y termino entre el aguacero de pinchazos y descabello. En ese momento, se anuncio que se suspendía la corrida, quedándose sin torear los jóvenes matadores el tlaxcalteca Angelino de Arriaga y el queretano Juan Pedro Llaguno que faltaban de torear.  

Fotos: A. Flórez

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